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Saqueo y explotación minera durante el Imperio Romano

 ¿Qué existe en común entre un esclavo del yacimiento de Las Medulas y un indígena mitayo en el cerro Potosí? ¿Podríamos establecer un paralelismo entre los métodos de extracción de minerales como el ruina motium romano y el fracking de la actualidad? El presente artículo aborda el caso del extractivismo durante el período del imperio Romano. A través de este escrito apuntamos a concientizar sobre el impacto en materia laboral y ambiental de la industria minera.


Guerra y pillaje

El final de la II Guerra Púnica significó la transformación de Roma en un imperio global y la consolidación de una maquinaria de guerra vital para la obtención de tributos y esclavos. Las campañas militares tenían varios objetivos. En primera instancia, permitían incrementar las arcas públicas y solventar gastos como la provisión de cereales, mantenimiento del ejército, obra pública, etc. Según los cálculos estimativos desde la Primera Guerra Púnica hasta la guerra con el rey Antíoco III, se obtuvieron aproximadamente 30.000 talentos en concepto de tributos.  Plutarco comenta el desfile romano con el botín de guerra extraído del rey Filipo V de Macedonia y cuya procesión duró tres días:

 Apenas fue suficiente para hacer desfilar ante el pueblo sobre 250 carros, las estatuas, los cuadros y las colosales esculturas tomadas en la guerra (…) Los carros eran seguidos por  3 mil hombres que llevaban bandejas, cada una de las cuales contenía monedas por un peso de tres talentos (…) Seguían personas con bandejas llenas de monedas de oro, cada una de las cuales pesaban tres talentos (…) Detrás traían una ánfora sagrada de oro con un peso de diez talentos, adornada con piedras preciosas.  

  El historiador Serguei Kovaliov agrega que en las sucesivas expediciones militares de los romanos a Oriente se apropiaron de un botín correspondiente a más de 1500 colmillos de elefantes (marfil), 250 coronas de oro, 200 mil libras de plata, 250 mil monedas griegas de plata, 300 mil monedas de oro macedonias y asiáticas. Por último, las campañas militares era un medio por el cual un cónsul podía ascender en su carrera personal y política. La conquista les permitía a los senadores romanos lucrar de forma privada y garantizar la adhesión de parte del ejército a través del reparto del botín. Pero, fundamentalmente, las guerras eran una vía para solventar las deudas con acreedores como resultado de campañas electorales anteriores para ingresar al Senado y al cargo de cónsul.

En Maldita Roma, Santiago Posteguillo retrata los problemas financieros de Julio Cesar con sus acreedores, especialmente Marco Craso, por cubrir sus gastos en materia electoral que iban desde la entrega de cereales a la población a la organización de juegos o banquetes. A modo de comparación, su deuda acumulada en 33.800 kg de plata (1300 talentos) equivalía a la exorbitante suma de 585 millones de euros. Se calcula que los resultados de la conquista de Cesar en la región de Galia además de la sujeción de trescientos pueblos y la masacre de un tercio de la población, reunió una cantidad de oro tal que determinó una disminución de su precio en el mercado.  

Fiebre de metales

A su vez, la intervención militar era el medio que permitía el desarrollo de las actividades productivas y comerciales y, por ende, el enriquecimiento de la aristocracia romana. La industria minera era un eslabón estratégico porque garantizaba la producción de artículos de uso (armas, instrumentos de labranza, etc.) y la acuñación de monedas. Durante los comienzos del período imperial monedas como el Aureus o el Solidus, utilizada principalmente para las transacciones comerciales e internacionales, eran completamente elaboradas con oro.

 Sin embargo, la fiebre de metales de los romanos implicaba la utilización de mano esclava y el consumo de importantes recursos naturales para la extracción de minerales. Los yacimientos ubicados en la provincia de Hispania (España y Portugal) contaban con la mayor cantidad de reservas de cobre, plata, hierro y, sobre todo, oro que abastecía al Imperio romano (véase el mapa). Los yacimientos auríferos de Las Médulas fueron uno de los primeros en donde se aplicó la técnica de ruina motium. Básicamente, consistía en la excavación de grandes galerías verticales y horizontales que eran inundadas con agua. La compresión del aire en el interior generaba la explosión del conglomerado de roca y arcilla que conformaba la montaña. La masa de barro era conducida por canales de lavado y filtros donde se extraía el oro. Esta obra de ingeniería consumía grandes proporciones de agua que implicaba, en algunas ocasiones, el cambio del cauce natural de un río y, en consecuencia, su agotamiento. 

Mapa de las minas a lo largo del Imperio romano. La mayor cantidad de yacimientos se encuentran en Hispania

  Otro caso fue el yacimiento de oro sobre el cauce del río Sil (Galicia, España) durante el gobierno imperial de Trajano (98-117 d. C). La única forma de acceder a la extracción del metal era secando el río.  Para ello, excavaron un túnel a través de una pared rocosa de 120 metros de ancho para desviar el río hacia allí. Además, fue necesario talar los bosques de las inmediaciones para crear el combustible indispensable para romper la roca por la dilatación térmica. Para el traslado de los minerales era necesario la construcción de caminos de calzada. Se estima fueron transportadas a Roma entre 190 a 230 mil toneladas de oro provenientes de las minas del norte hispano.  

 Pero además del gran consumo de agua, madera y piedra caliza ¿Quién se encargaba de extraer el oro, el cobre y la plata de los yacimientos? Los esclavos. Las conquistas territoriales era una de las principales fuentes de aprovisionamiento de esclavos. A diferencia de otras actividades productivas, en la minería se empleaba aquellos esclavos rebeldes, castigados y de menor valor. La intensidad de la producción metalífera y los peligros de morir ahogados o víctima de un derrumbe, disminuía su expectativa de vida. Se estima que solamente en las minas de Hispania trabajaron alrededor de 40 mil esclavos.  

De Las Médulas al Potosí… y al presente

Los yacimientos de Hispania generaron una fiebre de oro y plata en la aristocracia romana que buscaron por cualquier medio lograr algún nombramiento senatorial para administrar la provincia o intervenir militarmente. La producción metalífera fue un suministro importante para las arcas públicas y el enriquecimiento privado de los funcionarios. La destrucción de la naturaleza, la sujeción de tribus enteras y el uso excesivo de mano de obra esclava no conmovió a los cónsules romanos que solo estaban interesados en acumular riqueza o pagar sus deudas.    

Ruinas de Las Medulas, España

  El casi un millón de toneladas de oro, plata y cobre extraído por los romanos puede ser comparable a la explotación de los españoles del cerro Potosí (Bolivia) desde el siglo XVI hasta principios del siglo XIX. También podemos visualizar esta problemática en las paupérrimas condiciones laborales de los mineros sudafricanos o congoleses para suministrar diamantes o coltán para la fabricación de joyas o celulares. En todos estos casos, la producción minera fue una maquinaria de destrucción humana. Posiblemente, los encomenderos españoles y empresarios mineros tomaron los consejos de Catón, que recomendaba extenuar a los esclavos al máximo para sacar el mayor rédito, despejar todo atisbo de pensamiento subversivo y desecharlos como basura cuando se enfermaran o llegasen a la vejez.     

 Hasta la próxima…

 Léase

DE LA MATA, Guillermo. (2024). “Entre la cruz y la espada”, munin y hugin. Enlace: https://muginyhugin.blogspot.com/2024/03/entre-la-cruz-y-la-espada.html

ENGEN, Darel Tai. (2004). “The economy of Ancient Greek”, E.H.Net Encyclopedia. Enlace: https://eh.net/encyclopedia/the-economy-of-ancient-greece/

FALCO, Marco Sidonio & TONER Jerry. (2016). Cómo manejar a tus esclavos. La esfera de los libros. 

KOVALIOV, Serguei. (2019). Historia de Roma. Editorial AKAL.

PLUTARCO. (1986). Vidas paralelas. Editorial Gredos.

POSTEGUILLO, Santiago. (2023). Maldita Roma. La conquista del poder de Julio Cesar. Ediciones B.

 Para colaborar con Munin y Hugin puedes hacerlo

Transferencia: cajon.lana.atril (Bco Nación/José Barraza)
Cafecito: https://cafecito.app/muninyhugin




















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