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Judea la rebelde

La presente publicación reconstruye un trágico episodio de la Antigüedad. Nos referimos a la insurrección de los judíos palestinos de la región de Judea entre el 66-70 d.C. A lo largo de esta nota el lector podrá visualizar los factores que desencadenaron el conflicto y las consecuencias que condujeron a la cruenta represión y destrucción de la ciudad de Jerusalén por parte de las fuerzas imperiales romanas. Lo sucedido en Judea nos anima a reflexionar sobre la importancia de la resistencia de los pueblos frente a un opresor extranjero. Una lucha que mantiene su vigencia.

La “Vida de Brian”, película producida por el grupo comediante Monthy Python (1979)

 ¿Una Judea antimperialista?

Si tuviéramos que destacar un rasgo de la situación política de la región de Judea entre el siglo II a. C y mediados del siglo I d. C, este sería su subordinación a las sucesivas potencias extranjeras que ocuparon el territorio. Desde la ocupación de los persas, luego los seleucidas (helenos) y, finalmente, los romanos, la población judaica se vio rodeada de funcionarios y soldados foráneos. Incluso durante el período romano, la elección de los reyes judíos debía contar con el veredicto positivo del emperador. La presión por dar reverencia a cultos o símbolos extranjeros derivó en el surgimiento de un sentimiento antiimperialista entre los palestinos. 

A su vez, la dominación imperial implicaba la tributación de los habitantes. En la sombra del galileo explicamos que durante este período la miseria se incrementó entre  los sectores populares judaicos como resultado de la doble tasación: el pago del tributo al Imperio y el pago del diezmo o donativo al Templo. Desde la época seléucida, el arrendamiento de los impuestos se encontraba a cargo de los Altos Sacerdotes y los Reyes. A través de la delegación de la política impositiva, los sacerdotes practicaban la usura a través de préstamos para que los pobladores pudiesen cumplir sus obligaciones tributarias. En los alrededores del Templo pululaban los mendicantes, en su mayoría tenderos o campesinos arruinados, que exigían alguna forma de ayuda estatal para subsistir. 

Entonces, la dominación y presencia de las fuerzas imperiales, que contaba con el apoyo de la casta sacerdotal y los reyes nativos junto al endeudamiento y empobrecimiento de la población fueron los factores que desencadenaron la insurrección de los judíos. 

 Las corrientes intelectuales

La oposición al Imperio romano en Palestina recorrió a todos los estratos sociales. Pero la defensa de los intereses y el culto a Jehová dio a lugar a una división entre las corrientes intelectuales, según la clase social que representaba. En primer lugar, se encontraban los saduceos o la nobleza sacerdotal. Como mencionamos anteriormente este sector, de cuño conservador, era el representante del Estado imperial en materia impositiva y, por ende, controlaba el Templo. El acceso al clero estaba limitado a ciertas familias y su oficio era hereditario. De acuerdo a Flavio Josefo: “Hay 1500 sacerdotes judaicos que reciben diezmos y administran la comunidad”. Teniendo en cuenta que en Jerusalén habitaban 200 mil personas, los saduceos representarían el 1% de la población.  

En segunda instancia, estaban los fariseos que se hacían nombrar como chaberim (camaradas). Esta corriente, que Flavio Josefo estimó en 6000 mil integrantes, estaba encabezada por intelectuales especialmente provenientes de los grupos rabínicos y funcionarios del templo que comenzaron a profundizar la profecía sobre la llegada del Mesías para sacudir el yugo romano. Este sector creía que la expulsión de los romanos resolvería el problema de la liberación de los judíos. Ante esta situación, impulsaron una estrategia de resistencia pacífica expresada en la negativa a prestar juramento a las autoridades imperiales o renunciar a cargos de funcionarios relacionados al Estado romano, aunque su crítica no incluía a la casta sacerdotal. Por ende, sostenían que la llegada del Mesías significaba un cambio en la vida de los pobladores en pos de mayores goces. Se estima que la mayoría de la población palestina seguía a este sector. Al menos, esto menciona Flavio Josefo: “los ricos se hallaban del lado de los saduceos pero la masa del pueblo era partidaria de los fariseos”. 

En “La Última Tentación de Cristo”, película producida por Martin Scorsese (1988), Judas representa a un líder de los zelotes

  Por último, tenemos al sector más radicalizado entre las corrientes judaicas: los zelotes. Karl Kautsky afirma que esta corriente surgió como una facción que se desprendió de los fariseos como fruto de su estrategia timorata frente al Imperio romano y la casta sacerdotal. Su espíritu combativo se inspiraba en el rechazo al censo romano, la recaudación impositiva, la prohibición de la esclavitud por deudas y la expropiación de tierras de los ricos. Los jefes zelotes se hacían proclamar rey de los judíos en oposición a la unción romana de los regentes en Judea. Ante su debilidad militar frente al poderosos ejército romano, los zelotes practicaban lo que actualmente conocemos como guerra de guerrillas, que consistían en emboscadas o ataques sorpresivos a los soldados o funcionarios romanos para luego huir al desierto. Este tipo de operaciones requería organizar bandas armadas con un cierto grado de logística. En coincidencia con los fariseos, los zelotes creían en la llegada del Mesías. Pero en este caso, no vendría de un modo pacifista, sino que, a través de la guerra, expulsaría a los romanos y expropiaría a los ricos eliminando todo atisbo de desigualdad.

 Estalla la rebelión

Algunos especialistas sostienen que el Libro de Daniel (escrito entre 167 a 164 a.C) podría considerarse un panfleto que profetiza la insurrección y liberación de los habitantes de Judea del dominio extranjero. Este antecedente se puso de manifiesto cuando en el año 66 d. C, los judíos de Palestina se levantaron contra la opresión del Imperio romano. El detonante de la insurrección habría sido la decisión del gobernador regional, Floro, de exigir una mayor compensación por parte del Templo, que derivaría en mayores tasas impositivas hacia la población. 

Las facciones de los fariseos y zelotes se unieron contra los romanos. Los segundos llamaron a expulsar a los funcionarios sacerdotales y ocuparon el Templo. Los habitantes luchaban en las calles y obligaron a los soldados a abandonar la ciudad. La radicalización social fue de tal magnitud que los judíos palestinos habían logrado derrotar y poner en fuga a una legión de auxilio. 

La rebelión de los judíos coincidió con otras insurrecciones focalizadas en regiones como Hispania, Britania y Alejandría. Todas ellas concordaban en el antirromanismo, pero colocaban sobre la mesa el problema de la disponibilidad de fuerzas y recursos para derrotar a una maquinaria imperial que aún gozaba de plenitud en el mundo antiguo. 

Crisis de dirección

Tanto Abraham León como Kautsky acuerdan que, durante la primera etapa de la rebelión de los judíos, la dirección estuvo a cargo de los zelotes, que radicalizaron su posición y organizaron los grupos para repeler al ejército. Incluso el intelectual alemán va un poco más lejos cuando compara las medidas llevada a cabo por los zelotes, como la condonación de deudas, expropiación de tierras, la expulsión de funcionarios romanos o la destitución de los sabuceos de los cargos sacerdotales, con el ala jacobina de la Revolución Francesa. Sin embargo, las posibilidades de concretar el Reino de Dios en la Tierra, es decir un gobierno independiente, eran difíciles. La única alternativa que se presentaba era concretar un acuerdo con los romanos pero bajo condiciones favorables hacia los palestinos, lo cual implicaba mantener la radicalización de la lucha. Pero la cuestión ahora sería ¿hasta que punto podrían resistir los pobladores frente a una sucesión de ejércitos provenientes de todos los rincones del imperio?     

Algunos historiadores creen que la metáfora de la asamblea de elección entre Jesús y Barrabás presentada en los evangelios, podría personificar la puja por la dirección del conflicto. Por un lado, Jesús representando al sector conciliador de los fariseos, por el otro, Barrabás, personificaría el extremismo y la rebeldía de los zelotes. No contamos con documentación para corroborar esta afirmación, pero entendiendo que los dos primeros evangelios (Marcos y Lucas) habrían sido escritos durante la insurrección, esta hipótesis puede resultar sugestiva. 

La resistencia de los judíos al sitio romano duro entre 3 y 4 años (66-70 dC).

  Por más de tres años Jerusalén se convirtió en un sitio de asedio. Pero las diferencias entre fariseos y zelotes se recrudecieron. El sector fariseo, a favor de la conciliación, tenía el objetivo de lograr un acuerdo con los romanos, y desplazó a los zelotes en la dirección de la resistencia. Este enfrentamiento interno solo debilitó a los rebeldes: 

El curso desafortunado de los acontecimientos fue achacado por el partido de los fanáticos -y con razón- a la falta de energía desplegada en la dirección previa de la guerra. Los hombres del pueblo hicieron todo lo posible para controlar la situación y expulsar a los antiguos jefes. Pero como estos no abandonaron voluntariamente sus puestos, se desencadenó en Jerusalén, en el invierno del 67-68, una terrible y sangrienta guerra civil.   

En un pasaje de La vida de Brian (1979), película producida por el grupo comediante de Monthy Python, se puede apreciar las divergencias entre las facciones judaicas que, a pesar de la sugerencia de Brian de pelear juntos contra los romanos, culminan peleándose y capturados por los soldados. 

 Ayer Jerusalén, hoy Gaza

La resistencia tenaz de los judíos palestinos fue respondida con una dura represión de parte de las fuerzas romanas. Además de la masacre de pobladores o venta como esclavos de los sobrevivientes, se procedió al saqueo de la ciudad de Jerusalén y el Templo. Los objetos expoliados fueron trasladados a Roma y exhibidos durante la marcha triunfal, una ceremonia que solo servía para exaltar los crímenes de guerra del imperio.

Sitio de Israel hacia Gaza (2023-2024) 

  A pesar de la destrucción de la ciudad y el templo, la rebelión de Judea se convirtió en un símbolo de la heroica rebeldía de un pueblo frente a un opresor extranjero. Luego de casi dos mil años, en la misma región se asiste a un escenario similar con la resistencia del pueblo palestino en Gaza frente a las fuerzas militares sionistas. En este caso, es el Estado de Israel quien está ejerciendo el rol de represor como en su momento lo hicieron los romanos. Pero a diferencia del aislamiento en el que se encontraba Jerusalén frente al asedio de Roma, los gazatiés reciben el apoyo internacional que se puede visualizar en las masivas movilizaciones que recorren las principales ciudades y capitales del mundo.   

Hasta la próxima….

Léase

BARRAZA, J. (2023), “La sombra del galileo”. Munin y Hugin.

Enlace: https://muginyhugin.blogspot.com/2023/12/la-sombra-del-galileo.html

FLAVIO JOSEFO. (2006). Sobre la Antiguedad de los judíos. Alianza Editorial.

KAUTSKY, K. (2013). El cristianismo. Sus orígenes y fundamentos. Editorial Marat.

LEÓN, A. (1975). Concepción materialista de la cuestión judía. Ediciones El Yunque. 


SCHURRER, E. (2023). Geschiste des Judischen Volker im Zeitalter Jesu Christi: Das Judentum in Der Zerstreuung Und Die Jüdische Literatur. Legare Street Press.  

TONER, J. (2020). Infamia. El crimen en la Antigua Roma. Desperta Ferro Ediciones. 


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