Ir al contenido principal

NUNCA MÁS

 

Este 24 de marzo se conmemora una fecha trágica para Argentina y América Latina. Hace 48 años, las Fuerzas Armadas, apoyadas por sectores empresarios y la embajada norteamericana, impulsaron un golpe de Estado que desató una represión brutal que determinó la eliminación física de gran parte de una generación de trabajadores y estudiantes que lucharon por un mundo sin desigualdad, opresión y explotación. A modo de homenaje, reproducimos un fragmento de una gran obra literaria norteamericana que fue escrita casi setenta años antes del golpe de facto. Los invitamos a leer e imaginar que por un momento el autor no se refiere a los Estados Unidos, sino que está hablando de Argentina.

       

La historia se solidifica rápido. El aire vibraba con sucesos y hechos latentes. El país estaba al borde de unos tiempos difíciles causados por una tanda de años prósperos donde la complejidad de invertir el excedente no consumido en el extranjero se había tornado cada vez mayor. Las industrias trabajaban menos horas; muchas grandes fábricas permanecían ociosas en espera del agotamiento del excedente y los salarios se reducían a diestra y siniestra. 

Además, la gran huelga de operarios de máquinas fue masacrada. Doscientos mil operarios fabriles y maquinistas junto a quinientos mil aliados de los sindicatos metalúrgicos fueron derrotados en la huelga más sangrienta que se pudiese recordar en Estados Unidos. Una guerra sin tregua se había batallado contra pequeñas legiones de rompehuelgas armados y puestos en el campo por orden de las asociaciones gremiales de empresarios; las Centurias Negras, apareciendo en una serie dispersa de localidades, destruyendo propiedades; y, a consecuencia de ellos, cien mil soldados regulares del ejército de los Estados Unidos fueron llamados a poner un atroz punto final a todo el asunto. Varios líderes sindicales habían sido ejecutados, muchos otros habían sido encarcelados y, en tanto, una columna de huelguistas había sido arreada hasta rediles de toros para ser abominablemente tratados por los soldados. 

 Había que pagar por los años de prosperidad. Todos los mercados estaban saturados, todos estaban cayendo y, en medio del derrumbamiento general de los precios, el precio del trabajo fue el que se desmoronó más rápido. El país convulsionaba con discordias industriales. Los trabajadores se declaraban en huelga aquí, allá, en todos los rincones y, donde no había huelga, los capitalistas la provocaban. Los periódicos multiplicaban historia de sangre y violencia en todas participaban las Centurias Negras. Disturbios, ataques incendiarios y destrucción gratuita_ esa era su función y la ejecutaban con maestría. Todo el ejército regular ocupaba el país, llamado a filas a causa de las acciones de las Centurias Negras. Todas las ciudades y pueblos semejaban campamentos militares y los obreros caían abatidos como perros. Los rompehuelgas se sumaban a las inmensas legiones de desempleados y, cuando los sindicalistas los asediaban, siempre aparecía la tropa regular y arremetía contra los trabajadores. Luego estaba la milicia: por el momento no había sido necesaria la invocación de la ley secreta sobre milicias, solo la milicia regular había sido llamada a filas y estaba en todas partes. En estos días de terror, el gobierno amplió el ejército regular en cien mil puestos más. 

Los trabajadores jamás habían recibido una paliza tan rotunda. Por primera vez, los grandes capitalistas de la industria, los oligarcas, utilizaron todo su peso para colarse entre las fisuras de las asociaciones de empleadores. Estas asociaciones era prácticamente asuntos de clase media, ahora, compelidas por tiempos duros y mercados colapsados, y auxiliadas por los grandes capitanes de la industria, le propinaron una derrota horrible y decisiva al proletariado. Se trataba de una alianza todopoderosa, pero una alianza entre el león y el cordero, tal como descubriría prontamente la clase media.

 Extraído de El Talón de Hierro de Jack London (1908)  

 Para colaborar con Munin y Hugin puedes hacerlo

Transferencia: cajon.lana.atril (Bco Nación/José Barraza)
Cafecito: https://cafecito.app/muninyhugin

 

Comentarios

  1. Cualquier semejanza con nuestra realidad, es pura coincidencia..

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

LA SOMBRA DEL GALILEO

“La celda era oscura. Hace muy poco, la gente me empujaba y atropellaba por el pánico. Ahora estaba solo. Me estallaba la cabeza. Me dolían todos mis miembros. Los soldados, al principio, asistían indiferentes a la manifestación. Incluso tomaban parte en ella. Y gritaban con los demás. Nadie sospechaba que eran agentes provocadores, hasta que sacaron las porras que llevaban escondidas y comenzaron a apalearnos. La mayoría de los manifestantes se dispersaron huyendo. Algunos murieron pisoteados”. Esta cita pertenece a la novela de Gerd Theissen, cuyo título encabeza nuestro escrito. La obra narra sobre la historia de Andrés, un judío opositor, que es apresado y convertido en espía por los romanos. Su misión es seguir el paradero de una secta religiosa que ha ganado popularidad en Palestina y cuyo líder se hace llamar el “Mesías”. Cualquiera sea nuestra opinión hacia el cristianismo, debemos reconocerlo como uno de los fenómenos más gigantesco de la historia humana, ya sea por la moviliz

CALÍGULA ¿UN PERSONAJE MONSTRUOSO?

   La historia de Cayo Augusto César Germánico (12 d.C-41 d.C), popularmente conocido como Calígula, aún despierta interés en el público a pesar de la corta duración de su mandato. La razón de tal curiosidad podría estribar en ciertos aspectos oscuros de su vida y su personalidad. Su primer biógrafo, Suetonio, se encargó de describir a nuestro personaje como cruel, despótico, depravado y maníaco. Esta descripción recorrió siglos y siglos hasta llegar a nosotros. Aunque ya existen algunas investigaciones que cuestionan la versión oficial de la vida de este joven emperador, en el presente escrito nos proponemos analizar críticamente la vida de este controvertido individuo. Así, podremos obtener una mirada global del contexto histórico donde vivió Calígula y una hipotética respuesta acerca de las razones por la cual se ganó tantos  (des)calificativos.   Recreación del rostro de Calígula (fuente Antigua Roma al día) Pax Julia-Claudia   Al igual que los primeros emperadores, Calígula perten

ESTADO DE EXCEPCIÓN Y DICTADORES EN LA ANTIGUA ROMA

En la época moderna, intelectuales como Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes o Jacques Rousseau, consagraron una serie de escritos que concebían al Estado de Excepción como el último recurso institucional para salvaguardar la Constitución de los noveles Estados nacionales. Por este motivo, se interesaron en las instituciones romanas y recurrieron a las exposiciones de Tito Livio, Salustio, Plutarco o Cicerón. De este modo, se fundó una tradición que llegó hasta la actualidad. Politólogos, juristas y filósofos reconocen que el Estado de Excepción es un instrumento necesario para garantizar el orden social. Esta idea fue representada Carl Schmitt, un reconocido teórico político alemán contemporáneo. Schmitt sostuvo que “la excepción es un concepto general de la teoría del estado que implica la facultad en principio ilimitada que tiene el soberano para dictar la suspensión del orden vigente en su totalidad”. La presente nota tiene como objeto acompañar al lector en un recorrido que se remont