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El caudillismo: factores económicos, sociales y políticos en la Argentina del Siglo XIX (primera parte)

 

             Caudillos del siglo XIX

Tulio Halperín Donghi (1926-2014) es considerado uno de los más importantes historiadores argentinos. En este trabajo, intentaremos resumir sus planteos en torno a un fenómeno clave de la Argentina del siglo XIX: el caudillismo. ¿Cómo surgió? ¿De qué forma se relacionó con el proceso de militarización, la estructura agraria, la crisis institucional y las elites locales?

                      Tulio Halperín Donghi

Nace un poder local

Halperín Donghi plantea que el caudillismo surge a partir de un complejo proceso en el que se combinan factores vinculados con la crisis económica e institucional que se abre en 1810, la militarización y la consiguiente participación política de amplios sectores subalternos, y las diferentes actitudes que adoptan las elites locales frente a estos procesos.

El autor sostiene que al estudiar este fenómeno en distintas regiones aparecen ciertas semejanzas. Sin embargo, son las importantes diferencias que encuentra las que lo llevan a criticar la posición historiográfica que unifica bajo el rótulo de caudillismo procesos que contienen claros contrastes.

La larga guerra pos-revolucionaria es la clave para entender el surgimiento del caudillismo. Esta guerra acentúa la decadencia de las instituciones coloniales en el ámbito político, administrativo y eclesiástico e impulsa la delegación, por parte del poder central, de decisivas funciones a los poderes locales. A medida que la dinámica del conflicto armado demanda un mayor volumen de recursos (hombres, ganado), estas autoridades locales concentran más poder y, progresivamente, se van haciendo más autónomas del poder central. Un rasgo común de los caudillos es que todos pertenecieron a la estructura de poder centralizado creada en 1810. El debilitamiento de este poder central se da paralelamente a la consolidación de los poderes regionales que, sin determinar totalmente el ascenso de los caudillos, explica su estilo de autoridad vinculado con su pasado de mando militar. En una sociedad en donde los rasgos jerárquicos que caracterizaban la estructura colonial no han desaparecido del todo, la ocupación por parte del caudillo de una posición de poder facilitó su fortalecimiento en el ámbito local.

              "Vuelvan caras" (1890), pintura de Arturo Michelena

Militarización y estructura agraria

Otro aspecto derivado de la guerra es el vertiginoso proceso de militarización que se desarrolla en el país. La necesidad constante de hombres explica un acelerado reclutamiento entre la población subalterna. Así, esta militarización es la base sobre la que construyen su poder político los caudillos, y explica el proceso de fragmentación política que sucede en 1820. Los caudillos se proclaman como representantes de esta masa movilizada, pero este nuevo peso de amplios sectores en el ámbito político se traduce muy parcialmente en la construcción de un nuevo equilibrio económico social.

A pesar de que en las zonas en donde se desarrolla la guerra la elite local es la que debe sostener materialmente el esfuerzo bélico, en general, los caudillos toman decisiones acordes a los intereses de esta elite, como las relacionadas con el control de la fuerza laboral.

El autor afirma que existe una relación entre el tipo de estructura agraria de cada región y el surgimiento del caudillismo, pero aquí tampoco debe plantearse un determinismo directo. Halperín Donghi destaca que los caudillos que ejercieron una influencia que excedió el ámbito local sus provincias son fruto de estructuras agrarias en donde predomina claramente la gran propiedad.

La división de la sociedad entre un pequeño grupo que concentra poder y riqueza, y otro, mayoritario que es dependiente de aquel brinda una estructura de poder jerárquica que simplifica la consolidación de una relación de autoridad político-militar al caudillo. El caudillo no siempre es el propietario más importante, pero surge de ese grupo y cuenta además con una gran capacidad y conocimiento militar. No es sólo la capacidad para movilizar a los sectores subalternos lo que hace al caudillo, sino también su eficacia a la hora de comandar a estos sectores en las disputas militares.

 Conflictos dentro de las elites

Halperín Donghi menciona a la crisis económica acentuada por la guerra como otro aspecto destacable del proceso de aparición del caudillismo. La crisis afecta en general a todo el virreinato, pero sus consecuencias sociales son divergentes si se tiene en cuenta las diferentes conformaciones de los grupos locales de elite. Por ejemplo, en regiones como Salta la crisis perturbó principalmente los intereses comerciales y la elite puedo reconstruirse en contra del “sistema Güemes” volcándose a la esfera de la producción ganadera. El éxito de esta estrategia se basó en que la elite local unificada controlaba desde el fin del período colonial los procesos de producción y comercialización.

Una situación distinta se da en Santiago del Estero, donde hay una lucha al interior de la elite entre los sectores ligados a intereses mercantiles y aquellos vinculados a la producción ganadera. Estos últimos se imponen al verse menos perjudicados por la crisis y el ascenso de Ibarra es en parte expresión de esta lucha de intereses al interior de la elite local.

Halperín Donghi sostiene que el fragmentado poder político que emerge tras el fracaso del gobierno central de 1820, adolece de una constante inestabilidad. El hostigamiento mutuo entre los diferentes caudillos, y aún las luchas por el poder al interior de cada provincia, propiciaron la instauración de un régimen con la suficiente capacidad para imponer su superioridad a las demás provincias. Juan Manuel de Rosas logrará, acordando con los caudillos o forzándolos, instaurar una estructura basada en la defensa de la “Santa Federación” y conquistará un largo período de relativa estabilidad política.

 

                          Miembro de los “Colorados del Monte” milicia organizada  por  

                                Juan  Manuel  de Rosas en 1820.

 Léase

Halperín Donghi, T, “El surgimiento de los caudillos en el cuadro de la sociedad rioplatense posrevolucionaria”, Estudios de Historia Social, I: 1, 1965, Buenos Aires.

Halperín Donghi, T., Revolución y guerra. Formación de una elite dirigente en la Argentina criolla, Bs. As., Siglo XXI, 1997

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