Ir al contenido principal

Un Lugones auténtico

 


Discípulo de Darío, el cordobés natural de Villa de María del Río Seco -al norte de la provincia-, y proclamado por los regímenes conservadores como el “poeta nacional”,también sabía dar la nota. Así lo hizo con el maestro de la chacarera, don Andrés Chazarreta, mostrando respeto hacia las expresiones populares.

En el Totoral, hacia el año 1874 -región de la que Groussac supo decir “dormida, más bien sumida en el atraso y la bestialidad”-, nace Leopoldo Lugones y con él, como lo vio Rubén Darío, su fanatismo: un convencimiento de americanista hasta las tabas, y, sobre todo, de anti-burgués. Certeza que lo llevó a una deriva contradictoria frente al poder, la cual pagó quitándose la vida.

Quizás por ese americanismo a ultranza escribe El Payador, donde narra los inefables misterios del hombre de tierra adentro. Y lo hace convencido, señalando que, en nuestra Argentina, la “alta cultura” no solo viene de Europa, como lo refleja la siguiente anécdota extraída del libro Lugones, del profesor Gaspar Pío del Corro.


En el año 1911 le es negado el teatro oficial de Santiago del Estero a don Andrés Chazarreta, y también en el mismo año el de Tucumán, luego de una primera presentación exitosa. Adujo el empresario -dicho esto por el mismo Chazarreta- que consideraba indecoroso que las botas sucias de los paisanos pisaran las tablas donde asistía lo más aristocrático de la sociedad. Tres años más tarde, Lugones visita al músico en su propia casa, donde recibe una audición privada, y por ese motivo publica en París un ensayo titulado “Música popular argentina” en su revista Revue SudAméricaine rememorando lo que supo escribir en el prólogo de Lunario Sentimental, acerca del arte, y de manera irónica: “pedir perdón a la gente prácticas para escribir versos”.

Era un espaldarazo, como señalara Del Corro, que reiteraría en El Payador dos años después, al inscribirle doce partituras del músico al texto, empezando por la recopilada, de autor anónimo, “Zamba de Vargas”. Y dice:

 

Forman los riojanos
En Pozo ‘e Vargas
Los manda Varela
Firme en batallas

Contra los santiagueños
Con gran denuedo, van a pelear
Ya Don Manuel Taboada
Alta su espada, se ve brillar

Atacó Varela
Con gran pujanza
Tocando a degüello
A sable y lanza

Se oyen los alaridos
En el estruendo de la carga
Y ya pierden terreno
Los santiagueños de Taboada

“Bravos santiagueños, dijo Taboada
Vencer o la muerte
Vuelvan sus caras
Por la tierra querida
Demos la vida para triunfar”
Y ahí nomás a la banda
La vieja zamba mandó a tocar

En el entrevero
Se alzó esta zamba
Llevando en sus notas
Bríos al alba

Y el triunfo consiguieron
Los santiagueños y este cantar
Para eterna memoria
Zamba de Varga siempre será

Un agradecimiento especial al poeta y profesor Jorge Torres Roggero, por hacerme ver que no existe, como creía, un solo Lugones.

Escrito por Flavio Zalazar

 

Publicado en: https://www.elfurgon.ar/2024/07/19/un-lugones-autentico/

Podés colaborar con Munin y Hugin a través de Transferencia: cajon.lana.atril (Bco Nación/José Barraza)

Cafecito: https://cafecito.app/muninyhugin

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LA SOMBRA DEL GALILEO

“La celda era oscura. Hace muy poco, la gente me empujaba y atropellaba por el pánico. Ahora estaba solo. Me estallaba la cabeza. Me dolían todos mis miembros. Los soldados, al principio, asistían indiferentes a la manifestación. Incluso tomaban parte en ella. Y gritaban con los demás. Nadie sospechaba que eran agentes provocadores, hasta que sacaron las porras que llevaban escondidas y comenzaron a apalearnos. La mayoría de los manifestantes se dispersaron huyendo. Algunos murieron pisoteados”. Esta cita pertenece a la novela de Gerd Theissen, cuyo título encabeza nuestro escrito. La obra narra sobre la historia de Andrés, un judío opositor, que es apresado y convertido en espía por los romanos. Su misión es seguir el paradero de una secta religiosa que ha ganado popularidad en Palestina y cuyo líder se hace llamar el “Mesías”. Cualquiera sea nuestra opinión hacia el cristianismo, debemos reconocerlo como uno de los fenómenos más gigantesco de la historia humana, ya sea por la moviliz

CALÍGULA ¿UN PERSONAJE MONSTRUOSO?

   La historia de Cayo Augusto César Germánico (12 d.C-41 d.C), popularmente conocido como Calígula, aún despierta interés en el público a pesar de la corta duración de su mandato. La razón de tal curiosidad podría estribar en ciertos aspectos oscuros de su vida y su personalidad. Su primer biógrafo, Suetonio, se encargó de describir a nuestro personaje como cruel, despótico, depravado y maníaco. Esta descripción recorrió siglos y siglos hasta llegar a nosotros. Aunque ya existen algunas investigaciones que cuestionan la versión oficial de la vida de este joven emperador, en el presente escrito nos proponemos analizar críticamente la vida de este controvertido individuo. Así, podremos obtener una mirada global del contexto histórico donde vivió Calígula y una hipotética respuesta acerca de las razones por la cual se ganó tantos  (des)calificativos.   Recreación del rostro de Calígula (fuente Antigua Roma al día) Pax Julia-Claudia   Al igual que los primeros emperadores, Calígula perten

ESTADO DE EXCEPCIÓN Y DICTADORES EN LA ANTIGUA ROMA

En la época moderna, intelectuales como Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes o Jacques Rousseau, consagraron una serie de escritos que concebían al Estado de Excepción como el último recurso institucional para salvaguardar la Constitución de los noveles Estados nacionales. Por este motivo, se interesaron en las instituciones romanas y recurrieron a las exposiciones de Tito Livio, Salustio, Plutarco o Cicerón. De este modo, se fundó una tradición que llegó hasta la actualidad. Politólogos, juristas y filósofos reconocen que el Estado de Excepción es un instrumento necesario para garantizar el orden social. Esta idea fue representada Carl Schmitt, un reconocido teórico político alemán contemporáneo. Schmitt sostuvo que “la excepción es un concepto general de la teoría del estado que implica la facultad en principio ilimitada que tiene el soberano para dictar la suspensión del orden vigente en su totalidad”. La presente nota tiene como objeto acompañar al lector en un recorrido que se remont