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CARNAVAL Y SATURNALIA: UN CASO ARGENTINO

Desde la segunda mitad del siglo XIX, el régimen oligárquico argentino gestionó la modernización cultural de sus sociedades, fueron etapas de disciplinamiento y de blanqueamiento para las mayorías de las clases populares latinoamericanas que resistieron, reinventaron o adaptaron sus pautas culturales a los nuevos requerimientos sociales de las clases dominantes y las políticas culturales que se intentaban implementar desde el Estado. Impregnada de teorías afines al racismo científico, la modernización burguesa se concentró en eliminar todo legado de “negridad” en la cultura de las mayorías trabajadoras, la presencia de los candombes dominantes su popularidad y permanencia seguramente se le ocurría insoportable. En este presente escrito, abordaremos la conformación de los carnavales cordobeses (Argentina) como actos diversión, descontento y resistencia.


Imagen extraída de “El Negro Sinforoso”, n° 650, Rosario, junio de 1902.

 Córdoba en Carnaval
 Las agrupaciones carnavalescas en Córdoba mantuvieron un cierto hilo histórico, pero ateniéndolos a su situación temporal y espacial. Estuvieron conformadas por artesanos y trabajadores afrodescendientes, criollos y mestizos en comparsas generalmente integradas desde el punto de vista étnico-racial, algunas de ellas se inclinaron por los nuevos ritmos europeos que fueron apareciendo en el horizonte cultural por mediados del siglo XIX. La presencia de una cultura musical de larga trayectoria entre los músicos afrodescendientes fue lo que propició el ensamble. Estos músicos se transformaron en una especia de mediadores culturales entre ambos universos musicales: los europeos y los locales de raigambre mestiza.

 A su vez, los clubes sociales (fundados por artesanos) se implicaron de lleno en la creación de comparsas musicales que participaron en el carnaval y que escucharon el llamado disciplinador de la modernidad. De múltiples maneras fueron compelidos a abandonar ciertas prácticas como el candombe y apostar a un formato musical más “refinado”, europeizado y, claramente, blanco. Un artículo del diario El Azote de enero de 1903, subrepticiamente intentaba convencer a las comparsas que desistieran del candombe:

 También somos de la opinión que podrían reducir el número de candombes y amentar la parte musical tan deficiente en todas, pues este cambio las presentaría más agradables al público. El ejemplo lo tiene “Sociedad Argentina” (coral) que por su seriedad, buena orquesta y elegantes trajes, aunque sencillos, se han granjeado las simpatías generales.

 Algunas comparsas prefirieron seguir apostando a su conexión con su legado africano e histórico, aunque hay datos e indicios de una lenta declinación del candombe en la segunda década del siglo XX. Además de los candombes también sabemos que entonaban canciones que algunos describen como tangos y milongas, es decir los llamados ritmos criollos. Se trata de un formato musical plebeyo, más acorde a los gustos de las clases populares y en oposición a los intereses culturales de las elites.

Las Saturnales

 En otro escrito de este blog se desarrolló los rituales que envolvían a las fiestas saturnales durante la Roma Antigua y como siglo después fue resignificada y proscrita por la Iglesia Católica en su lucha contra el paganismo. Pero en lo que a nosotros nos concierne es demostrar que tanto las saturnales romanas como los carnavales cordobeses eran fiestas populares donde claramente se diferenciaba la vida ordinaria y la élite.

 Durante los festejos, esclavos y plebeyos intentaban vestir sus mejores prendas o directamente se disfrazaban de dioses o monstruos y hasta ridiculizaban a sus amos o funcionarios romanos. Estas características han recorrido los siglos y pueden visualizarse desde El jorobado de Notre Dame, la obra de Víctor Hugo, hasta los actuales carnavales de Río de Janeiro. Aunque en las fiestas saturnales y carnavales abundaban los excesos, bailes y el humor, se trataba de una válvula de descomprensión social que no necesariamente abrigaba una esperanza de cambio real.

El Jorobado de Notre Dame, la obra de Víctor Hugo, fue llevada al cine de la mano de Disney

 Jerry Toner sostiene que los carnavales romanos combinaban la diversión y el descontento porque les infundía a las clases populares “la esperanza de revancha y justicia futura”. Se creaba un espacio simbólico de igualdad y libertad que resultaba amenazador para la elite sea romana, cordobesa o de cualquier región del mundo.

Escrito por Marcos Carrizo (doctor y profesor de historia)


Lease

Barraza José. (2023). “Cuando en navidad no se tomaba Coca-Cola”, Munin y Hugin, (22 de diciembre)

https://www.blogger.com/blog/post/edit/7948005725132198197/6403837446098801487

Carrizo Marcos. (2023). Córdoba en Carnaval. Modernización, hegemonía y resistencia, Tesis Doctoral, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba.

Toner Jerry. (2012). Sesenta millones de romanos. La cultura del pueblo en la antigua Roma, Editorial Crítica.  

Víctor Hugo. (2011). El jorobado de Notre Dame, Edhasa. 

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