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CUANDO EN NAVIDAD NO SE TOMABA COCA-COLA

 Viejito Pascuero, Father Christmas, San Nicolás, Santa Klaus, Babbo Natale son los nombres con los que se conoce a la figura de una de las fiestas más tradicionales y mercantilizadas: la Navidad. En el presente escrito, nos animamos a indagar y conjeturar sobre los orígenes de esta festividad y su evolución a lo largo de su historia. Sin querer medir conocimientos con otros especialistas en materia de teología e historia de las religiones, creemos que tanto las tradiciones y las creencias son el resultado de las luchas sociales que dieron lugar a diversos movimientos y transformaciones políticas cuyo ejemplo es la propia trayectoria de la corriente cristiana. A continuación, analizaremos el paso de una tradición relacionada con la vida cotidiana de los pueblos empobrecidos en la antigüedad a una lucrativa campaña publicitaria de una de las compañías más poderosas del mundo.    


Imagen publicitaria de Coca Cola (1931)


Tierra y Libertad

Según la tradición cristiana, el 25 de diciembre se celebra el nacimiento de Jesús y, por consiguiente, el comienzo de una nueva era. A su vez, la fecha coincidía con el cambio estival. Aunque los evangelios no precisan el día exacto del nacimiento de Jesús, fue oficializada por el emperador romano Constantino cuando legalizó el cristianismo y lo institucionalizó como religión de estado. Sin embargo, este tipo de festividad era celebrada por pueblos que antecedieron a los cristianos.

Los judíos celebraban la Hannukah en conmemoración a la recuperación del templo de Jerusalén, expulsando a los grecosirios o seleúcidas (su nombre deriva de Seleúco, un general de Alejandro Magno) entre 164-160 a.C. Durante ocho días, se dedicaban oraciones y ofrendas con motivo de expulsar la oscuridad del Templo. En este caso, los orígenes de la festividad se encontraban asociados a la lucha de la liberación del pueblo judío frente a un invasor extranjero. En cambio, en el caso de los romanos estaban las Saturnales, fiestas en honor al dios Saturno, la versión latina del dios griego Apolo. Precisamente, se festejaba el nacimiento del sol y, por ende, la llegada de tiempos prósperos para la fecundidad de la tierra, abundancia de cosechas y un trabajo menos oneroso. Las celebraciones coincidían con el solsticio de invierno (17 a 23 de diciembre), el periodo más oscuro del año. Es esa fecha, los esclavos y campesinos aplazaban sus tareas por una semana para organizar comidas e incluso utilizar prendas de vestir especiales para el evento.  


Mosaico romano del Siglo I a.C.


Mientras que los pueblos nórdicos y germanos celebraban el Yule que, al igual que las Saturnales, marcaba el renacimiento del sol y el inicio del período invernal. Para los vikingos era un momento de esperanza dado que el sol regresaba para derrotar a la oscuridad. A miles de kilómetros del continente euroasiático, los pueblos originarios americanos tenían sus propias festividades. En el caso de los incas, en diciembre conmemoraban el Capac Inti Raymi Killa para honrar al sol. Ellos creían que, al igual que las estaciones del año, el renacimiento del sol traía aparejado la fecundidad del suelo y la prosperidad de los cultivos. El profesor Gabriel Correa nos comenta que todas las comunidades aborígenes se organizaban a su modo para celebrar “un nuevo ciclo de la vida” y venerar a sus divinidades “rectoras de sus prácticas productivas”.     
 

Navitat

En un principio, los libertos y los esclavos comenzaron a sentir atracción hacia el cristianismo por las ideas de amor al prójimo, la fraternidad y la igualdad ante los ojos de Dios. Pero a partir de la institucionalización de la corriente cristiana por el Estado romano, la Iglesia sugería la liberación de esclavos como un acto piadoso, aunque no condenaba la esclavitud. La concepción de la navitat, como un nacimiento implicaba otorgarles a las familias pobres nuevas esperanzas si mantenían su vida sin desviarse del sendero de la fe y oponerse al orden social imperante.

Podríamos decir que el concilio de Nicea (325 d.C) fue la piedra fundacional en la creación de la estructura organizativa de la Iglesia Católica y la institucionalización de su alianza con los estados para combatir el paganismo. La conversión y el reclutamiento de nuevos fieles se traducía en el incremento de ingresos provenientes de los diezmos y donaciones. A su vez, para los gobernantes la navitat se convirtió en una fecha simbólica para legitimar su poder frente a sus súbditos y reinos vecinos. No fue casualidad que el nombramiento de Carlomagno como emperador haya sido un 25 de diciembre del año 800. 

Uno de los puntos de la agenda episcopal fue la creación de un listado de festividades católicas cuyas fechas coincidían con las de las fiestas paganas. Esta reinvención de las celebraciones formaba parte del remplazo de la simbología y las deidades de los pueblos recientemente cristianizados y la incorporación de nuevas prácticas rituales y las edificaciones de iglesias. Al mismo tiempo, Karl Kautsky explica como el proceso de sacralización sobre el continente europeo centralizó y disolvió toda asociación o hermandad que no comulgase con los principios dogmáticos de la Santa Sede.  

Representación de la Navidad en un retrato de 1500 (Fuente: National Geographic) 


Los Concilios eclesiásticos fueron taxativamente claros en prohibir y castigar severamente todo tipo de reuniones en donde se idolatre o celebre a las deidades paganas. En una publicación anterior, pudimos apreciar como la ejecución de anglosajones por parte del ejército de Carlomagno estuvo inspirado en el XII Concilio de Toledo (año 681), en el que la Iglesia instaba a las autoridades estatales a apresar y decapitar a todo aquel culpable de prácticas paganas de cualquier tipo. En 1518, se celebró el Concilio de Trento cuyo objetivo fue profundizar el disciplinamiento religioso a través de la restauración de la Inquisición y la censura de textos que pudiesen ser considerados como herejes. Las resoluciones del Concilio de Trento fueron ejecutadas por los Estados europeos a los recientes territorios conquistados en América. Entre las principales medidas, se reprendía a cualquier aborigen que osase practicar el culto a sus respectivos dioses o celebrar las festividades relacionadas con el ciclo del sol. Sin embargo, a pesar de la dura represión y persecución por parte de las autoridades públicas y eclesiásticas, los cultos y festividades lograron supervivir a través de su práctica clandestina y, a menudo, en lugares como los hogares o bosques y pantanos.

 

La reinvención de una tradición

La navidad como celebración no escapo a la fabricación en serie de tradiciones desde finales del Siglo XIX. Eric Hobsbawm sostiene cómo gobernadores y miembros de las instituciones redescubrieron la importancia de los elementos irracionales para mantener el tejido y el orden social. En este sentido, las características que giran alrededor de las fiestas navideñas ofrecen un dispositivo para recrear las ideas de comunidad y familia. Entonces, es interesante visualizar como se reinventó la figura de Papá Noel enraizando la antigüedad más remota con el presente.

San Nicolás de Bari (270-343 d.C) era santo patrono de los marineros y los niños pobres. Entre sus principales milagros podemos citar el rescate de tres niñas que iban a ser prostituidas por su padre. Durante tres noches seguidas, Nicolás arrojó sacos con monedas de oro por la ventana para caer justo en los calcetines de las niñas. En la iconografía este santo es representado como un hombre mayor con una barba blanca, esponjosa y prominente y una casulla blanca y una estola roja. Existen opiniones disímiles acerca de la tradición navideña. Para algunos se remonta a los marineros que compraban regalos a sus hijos en las ferias comerciales para dejarlos cerca de las chimeneas u hogares en sus respectivas viviendas. Otros, sostienen que la fiesta era una ocasión para ayudar a los pobres, colocando dinero (luego regalos) en los zapatos de los niños. Paulatinamente, la figura de San Nicolás y sus prácticas se fusionarían con la festividad navideña. 


Conmemoración de San Nicolás en el sur de Alemania.


El mito en torno a San Nicolás se fue moldeando con el correr de los siglos. Cuando fundaron New Ámsterdam (actualmente Nueva York), los marineros holandeses trajeron sus costumbres y creencias populares mencionadas anteriormente. En Una historia de New York, el escritor Washington Irving comparó satíricamente la figura de Santa Klaus con Sinteklaas (San Nicolás en neerlandés). En 1813, Thomas Nast, un dibujante alemán, recreó la imagen del anciano barbudo con expresión generosa y simpática para sus historietas que se publicaban en Harper´s Weekly. Para retratar a Santa Klaus, Nast se inspiró en la vestimenta de los obispos europeos de su época.

Ante la gran popularidad que alcanzó en publicaciones para niños, en 1931 la empresa Coca-Cola remodeló la imagen de Papá Noel para acercar el producto al público infantil. A partir de la Segunda Guerra Mundial, la marca de bebidas se expendió notoriamente por el mundo siendo la imagen navideña una de las preferidas del público. Con el correr de las décadas, la figura de Papá Noel fue adquiriendo nuevos elementos (renos, trineo) para adaptarlos a los nuevos patrones consumo y el lucro capitalista.

Hasta la próxima…

Léase

Barraza, José. (2023). “La masacre de Verden”, publicado en munin y hugin.

Enlace: https://muginyhugin.blogspot.com/2023/11/la-masacre-de-verden-i-shed-blood-of.html

Correa, Gabriel (2022). El Sol que baila. Ceremonia Camiare Comechingón, Elaboración del autor.

Hobsbawm, Eric. (2016). La invención de la tradición, Editorial Crítica.

Irving, Washington. (2016). Una historia de New York, Nórdica Libros.

Kaustky, Karl. (2013). El cristianismo. Sus orígenes y fundamentos, Editorial Marat. 

 

Para colaborar con Munin y Hugin puedes hacerlo

Transferencia: cajon.lana.atril (Bco Nación/José Barraza)
Cafecito: https://cafecito.app/muninyhugin

  










Comentarios

  1. Si. Excelente. Hay dos formas de reaccionar ante la verdad de que has sido manipulado. Una sería volcar tu ira sobre vos mismo: "Oh! Qué tonto soy!" y quedarse ahí, hasta que otro sujeto y otro cuento te vuelva a engañar. La otra es apuntar al manipulador y tratar de saber qué interés hay atrás de ese engaño y qué debilidad tuya aprovechó aquél para hacerlo. En suma, entender. Desde ahí, quitarle al manipulador los poderes que usó para engañarte.

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