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Política exterior norteamericana: New Look vs Alianza para el Progreso

 Hace algunos meses abordamos en este blog (https://muginyhugin.blogspot.com/2024/07/contencion-y-diplomacia-la-estrategia.html) la estrategia norteamericana durante la primera etapa de la Guerra Fría. (1947-1953) En este nuevo artículo, avanzaremos sobre las continuidades y los cambios que se verificaron en la política exterior estadounidense durante los gobiernos de Dwight D. Eisenhower (1953-1961) y John F. Kennedy (1961-1963) ¿Cuál fue el objetivo central de la política conocida como New Look? ¿Qué tipos de herramientas diplomáticas y militares se desplegaron? ¿Qué cambió con la llegada de Kennedy al poder? ¿De qué forma continuó la carrera armamentística con la U.R.S.S.? ¿Qué papel jugó la Alianza para el Progreso como política preventiva frente a la amenaza comunista?

 


 

Eisenhower y el New Look

 La nueva estrategia de seguridad delineada por el presidente Eisenhower y su Secretario de Estado John Foster Dulles procuraba que EE.UU. recupere la iniciativa en la Guerra Fría y a la vez que se logre una reducción en los gastos presupuestarios de defensa. El New Look coincidía con NSC-68 en cuanto a considerar que cualquier región que cayera dentro del bloque comunista constituiría una amenaza al equilibrio de poder mundial. El pensamiento de los constructores del New Look era que más allá de la importancia estratégica de la zona “perdida”, un retroceso de Occidente debilitaría la moral de los aliados y la credibilidad de EE.UU.

La forma de percibir la amenaza soviética constituía otra semejanza entre la nueva estrategia y el NSC-68. El New Look también consideraba que la política exterior de la U.R.S.S. era impulsada fundamentalmente por consideraciones ideológicas y, por lo tanto, el objetivo final que tenía era someter a todo el mundo bajo el sistema comunista. Esto promovió una escalada en el enfrentamiento con la U.R.S.S. y todas las naciones comunistas con excepción de la Yugoslavia del Mariscal Tito. Sin embargo, existía una diferencia clara con NSC-68 en cuanto a que los medios para defender los intereses norteamericanos en el mundo no se podían expandir indefinidamente. La nueva estrategia sostenía que los medios eran limitados y que un crecimiento sostenido en los gastos de defensa podía afectar la estabilidad económica y las bases mismas de la sociedad norteamericana.

En consecuencia, la estrategia de Eisenhower-Dulles favorecía una reducción de las armas convencionales y un mayor acento en la utilización de amenazas nucleares para frenar a la U.R.S.S. Este planteo de respuesta asimétrica y represalia masiva tenía implícito la posibilidad cierta de que EE.UU. podía volver a emplear armas atómicas contra sus enemigos sin importar el grado de agresión que éstos perpetraran.

El New Look conceptualizó una combinación de preeminencia de la amenaza nuclear con otros elementos como el fortalecimiento de las alianzas, la llamada “guerra psicológica”, las “operaciones encubiertas” y el intento de negociaciones con la U.R.S.S. y China con la meta final de mantener la iniciativa en el conflicto y minimizar los costos presupuestarios.

                            Eisenhower y Dulles
 

La implementación de la estrategia

 El presupuesto de defensa nacional se mantuvo estable durante la presidencia Eisenhower. Sin embargo, hubo una gran distancia entre los otros aspectos del planteo teórico en el que se basaba el New Look y la aplicación concreta de la estrategia entre 1953 y 1961.

En primer lugar, la represalia masiva nunca fue concretada. La dupla Eisenhower-Dulles significó una continuidad con respecto a la contención dado que en diversas coyunturas se optó por impedir y contener el avance comunista antes que desafiarlo con una amenaza nuclear. Por ejemplo, los hechos de Hungría en 1956 verificaron los límites del compromiso occidental para liberar a los países que estaban en la esfera soviética.

 Pese a esto, es cierto que EE.UU. desplegó armas nucleares en Europa con la intención de crear incertidumbre entre los soviéticos y equilibrar la ventaja con que la U.R.S.S. contaba en el plano de las fuerzas militares convencionales. Asimismo, la administración Eisenhower pareció dispuesta a usar armas atómicas en diferentes coyunturas como la de Corea, Indochina o Quemoy y Matsu. Una controversia importante durante los años de Eisenhower se produjo alrededor de la denominada “brecha misilística”. El lanzamiento soviético de un satélite artificial en octubre de 1957 demostró su capacidad tecnológica para el lanzamiento de misiles de largo alcance (ICBM)

El estado de alerta al interior de EE.UU. llevó a Eisenhower a impulsar el desarrollo de ICBM propios y emplazar instalaciones para el lanzamiento de misiles de alcance intermedio (IRBM) en Europa, aunque sin desequilibrar el presupuesto nacional. Al término de su presidencia la ventaja a favor de EE.UU. con relación al armamento nuclear era incuestionable. En las postrimerías de su período presidencial, Eisenhower inició un acercamiento con la U.R.S.S. que se plasmó en la visita a los Estados Unidos de Nikita Khrushchev, pero el incidente desatado por el avión espía norteamericano U-2 que fue derribado por los soviéticos en mayo de 1960 congeló y postergó estas iniciativas.

La respuesta flexible de J.F.K.

 La presidencia de John Fitzgerald Kennedy inauguró una etapa de profundos cambios en la forma en cómo se desarrolló la administración del gobierno de los Estados Unidos. J.F.K. y sus jóvenes colaboradores se percibían a sí mismos como representantes de una nueva generación de líderes políticos, y buscaron desde el principio diferenciarse de la generación anterior. Existía en el espíritu de la nueva administración una preferencia por la acción y un profundo fastidio frente a las intrincadas trabas que encontraban en la burocracia estatal.

En el plano de la política de seguridad exterior, Kennedy fue menos apegado que Eisenhower a la rigidez burocrática e intentó plasmar una estrategia de seguridad nacional más eficiente. En la materia, Kennedy confiaba en diferentes asesores como, por ejemplo, Mc George Bundy (asistente en Asuntos de Seguridad Nacional), Robert S. McNamara en el Departamento de Defensa, el General Maxwell D. Taylor para los asuntos militares y Charles E. Boleen, Lewellyn Thompson, George Ball, Roger Hilsman, Richard Goodwin y Averell Harriman en el Departamento de Estado.

                                            JFK 

El concepto central de la estrategia de seguridad de Kennedy era que la principal condición para la seguridad de los Estados Unidos dependía del equilibrio de poder mundial, es decir, de evitar la alianza de dos o más fuerzas hostiles a EE.UU.

 La administración Kennedy consideraba que este equilibrio era muy endeble y que, por lo tanto, cualquier modificación en alguna región del planeta, por periférica que esta fuese, podía afectarlo gravemente. Ahora bien, un desplazamiento real de poder en el mundo era tan peligroso para la administración Kennedy como una percepción de que tal desplazamiento se hubiese producido. La pregunta era cómo se podía lograr y sostener una armonía objetiva y subjetiva dentro de las relaciones internacionales.

El concepto de respuesta simétrica y el peligro comunista.

 JFK y sus asesores señalaban que EE.UU. debía liderar y apoyar el proceso de cambio irreversible que se estaba dando en el mundo apoyando, más allá de las diferencias económicas y políticas, a las “fuerzas progresistas” de cada región. Un objetivo central de la estrategia de JFK era ampliar las opciones disponibles para responder a una agresión, reduciendo la dependencia de la disuasión nuclear.

En este sentido, la concepción económica keynesiana y expansionista del gobierno serviría de soporte a una política exterior activista y con objetivos más ambiciosos. Kennedy buscó construir una estrategia de seguridad que se comprometiera con las amenazas y los intereses norteamericanos dando una respuesta simétrica frente a los desafíos que se presentaran. En este sentido, la idea era poder dar una respuesta adecuada a varios niveles que iban desde la diplomacia a la guerra nuclear, pasando por acciones encubiertas, operaciones de guerrilla o guerra convencional.

De esta forma, la administración Kennedy reforzó diferentes medios para implementar su estrategia. En lo militar, impulsó el desarrollo de las capacidades militares convencionales y no convencionales y prosiguió con la acumulación de misiles estratégicos. A su vez, se hicieron esfuerzos por fortalecer las alianzas de ultramar, especialmente con los países miembros de la OTAN, a los que se apuntaló aumentando el número de armas nucleares norteamericanas instaladas en el viejo continente.

Además, se desarrollaron nuevas técnicas de control basados en el análisis sistemático de las partidas asignadas a gastos de defensa, con el objetivo de hacer más eficiente el área. En este rubro, se destacó la labor de Robert McNamara en el Departamento de Defensa. Por último, la administración Kennedy creía en una distensión del conflicto con la U.R.S.S. y procuró iniciar negociaciones diplomáticas, que en parte se concretaron luego de la Crisis de los Misiles. 

En cuanto a los aspectos no militares de la estrategia de seguridad, el gobierno de JFK aspiró a orientar la transformación social en marcha en el Tercer Mundo alejándola del comunismo y del ejemplo de la Revolución Cubana. La política central para lograr este objetivo fue la Alianza para el Progreso, un programa de ayuda a países latinoamericanos destinado a impulsar reformas internas, sobre todo relacionadas a la posesión de la tierra y la estructura impositiva.

 

Léase

ARON, Raymond, La república imperial: los Estados Unidos en el mundo. 1945-1972, Alianza, Madrid, 1976.

GADDIS, John Lewis, Estrategias de la contención: una evaluación crítica de la política de seguridad norteamericana de posguerra. Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1989.

GONZÁLEZ CHIARAMONTE, Claudio, “La política exterior norteamericana en el siglo XX”, en Pozzi, Pablo y Nigra Fabio (Comp.) , Huellas imperiales. Historia de los Estados Unidos de América 1929-2000, Buenos Aires, Imago Mundi, 2003.

HOBSBAWM, Eric J., Historia del siglo XX, Buenos Aires, Crítica, 1998. (1994)

SAZ CAMPOS, Ismael, “La Guerra Fría” en Historia del Movimiento Contemporáneo, Valencia, Generalitat Valenciana, 1993.

SELLERS, Charles, MAY, Henry, MCMILLeN, Neil. Sinopsis de la historia de los Estados Unidos, Buenos Aires, Editorial Fraterna, 1988.

Contención y diplomacia: la estrategia de seguridad de Estados Unidos ante el avance soviético, 1947-1953. https://muginyhugin.blogspot.com/2024/07/contencion-y-diplomacia-la-estrategia.html

 

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