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El Mito de la Superioridad Europea en la Conquista de América

 

El Mito de la Superioridad Europea en la Conquista de América

 

La conquista de América entendida como un proceso de colonización, control y ocupación efectiva de tierras, fundación de ciudades y explotación de la fuerza de trabajo de los pueblos originarios se desarrolló durante varios siglos. Por el contrario, el sometimiento político y militar del imperio Azteca e Inca, las dos organizaciones estatales más consolidadas y aparentemente más sólidas de la región; fue alcanzado por los españoles en un lapso increíblemente corto (1519-1540). Fue sobre esta excepcional rapidez y facilidad que caracterizaron en parte a la conquista de América, que se escribió una leyenda blanca y se elaboró la idea de una “superioridad europea”. El análisis de los diferentes aspectos materiales, organizativos, inmunológicos, religiosos y culturales, muestra que tal “superioridad europea” puede ser matizada, y que no debe ser descartada la contingencia como un factor explicativo importante a la hora de comprender este proceso.

                                   12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón llega a América.

 Armados y peligrosos

En cuanto a las ventajas materiales de los españoles las armas de fuego, el caballo, el acero y las embarcaciones fueron las fundamentales. El caballo permitía una mayor movilidad a los europeos, mientras que su dominio del medio acuático fue claro. La utilización de las armas de fuego estuvo más ligada a infundir miedo entre los indígenas que a un uso destructivo. Más allá de esto el abastecimiento precario de los peninsulares, un terreno desconocido, un clima muy caluroso y la enorme superioridad numérica de los indígenas tendieron a equilibrar las ventajas tecnológicas con que contaban los europeos.

Con respecto a la mayor capacidad organizativa, es destacable sobre todo en lo referido al terreno bélico. Las tropas ibéricas estaban constituidas por infantería y caballería, y mostraron una gran capacidad estratégica durante las batallas francas contra los numerosos ejércitos indígenas. Además, los españoles apelaron a emboscadas, matanzas sorpresivas, y otros artilugios que desconcertaron a los nativos. De todos modos, las victorias españolas se apoyaron en gran medida en la acción de grupos de nativos opuestos a los Mexicas y a los Incas, que formaron el grueso de los ejércitos de conquista.

Los españoles tenían una concepción de la guerra muy diferente a la de los Aztecas e Incas.

La vulnerabilidad de los nativos a las enfermedades traídas por los europeos fue evaluada como un aspecto central para explicar la dramática baja demográfica que se inició desde los primeros momentos del proceso de conquista. Los europeos habían estado en contacto con otros pueblos de Asia y África desde hacía siglos por lo que contaban con un sistema inmunológico más desarrollado que el de las relativamente aisladas comunidades indígenas. Las epidemias prácticamente fulminaron a un gran porcentaje de los nativos. Sin embargo, la superioridad numérica de los pobladores originarios se mantuvo indiscutiblemente hasta el siglo XVII.

 Fe y conquista

La religión católica, monoteísta e intolerante frente a las creencias de los pueblos originarios, constituyó un factor importante en la elaboración de la idea de “superioridad europea”. El “espíritu de cruzada” que se verificó durante el avance español en América, se vinculaba claramente con el clima de fervor religioso existente en la península luego de la expulsión de los moros y los judíos en 1492. La idea de los conquistadores de ser portadores de una moral y una religión superior fue importante para la cohesión interna de las tropas, y para legitimar y justificar la conquista en pos del imprescindible proceso de evangelización que entendían que había que llevar a cabo. 

                                                    Evangelización en Jalisco, siglo XVI

 Mundos en colisión: diferentes percepciones de la guerra

Todorov plantea que la clave del éxito de Cortés descansó básicamente en dos aspectos. El primero fue su capacidad de manipulación a su favor de las divisiones existentes en el imperio Mexica y de improvisación frente a las difíciles coyunturas que se le presentaron. Estas capacidades las vincula al conocimiento de la escritura por parte de los europeos, que es para Todorov “...indicio de la evolución de las estructuras mentales”.  Clendinnen critica esta visión evolucionista de Todorov destacando la capacidad de los indígenas para manipular al propio Cortés y establecer alianzas con él en calidad de asociados, y no de subordinados.

El segundo aspecto que marca Todorov fue que la guerra de conquista se peleó en los términos en que la plantearon los españoles. Las emboscadas, las matanzas de “civiles” y el debilitamiento del adversario fueron parte de las estrategias usadas por Cortés que desorientaron a los mexicas. La guerra para los mexicas consistía en un enfrentamiento altamente ritualizado donde lo que se buscaba fundamentalmente era una dominación simbólica del oponente (incendio del templo enemigo, apropiación de sus estandartes, captura de prisioneros para sacrificios religiosos) Luego de la batalla se establecía el monto del tributo y se ejercía una autoridad bastante laxa sobre los vencidos. 

La caída de Tenochtitlan, el 13 de agosto de 1521.

Sin embargo, Clendinnen sostiene que este control de las condiciones bélicas no pudo ser ejercido por Cortés durante la caída final de Tenochtitlan. La resistencia “absurda” de los mexicas y la masacre protagonizada por los tlaxcaltecas expresaron “...una terrorífica y terminal demostración de otredad, y de imposibilidad cognitiva y práctica de manejarlos”. Para esta autora, la segunda etapa de la conquista del imperio mexica no implicó la imposición de una cultura superior sobre otra inferior, sino un enfrentamiento en donde se manifestó una profunda incomprensión mutua.

Raíces del presente

¿Cómo fue posible que unos cientos de europeos sometieran a imperios de millones de personas y con una importante cantidad de recursos? Creemos que la conquista de América no puede plantearse sólo como un proceso determinado por la superioridad de los europeos. Ciertas ventajas europeas en algunos aspectos deben matizarse con otros factores que debilitaron la resistencia de los pueblos originarios. Los imperios americanos se habían consolidado poco antes de la llegada de los españoles y su dominio no estaba totalmente afianzado. La lucha al interior de los grupos dominantes, y la tensión y el descontento de la mayoritaria población tributaria posibilitaron, en gran medida, el rápido avance español. 

Los indígenas son en la actualidad el grupo poblacional más expuesto a la pobreza extrema en América Latina

 Pero una vez que los europeos usurparon el poder político sí demostraron una notable eficacia para construir un sistema de dominación, opresión y explotación de la población nativa, en el ámbito político, militar, económico y cultural. Es en la conquista pensada como un proceso de largo plazo donde se verifica esta “superioridad europea”, cuyos efectos vinculados a la desestructuración y la miseria de nuestros pueblos siguen vigentes.

Léase

 BRADING, David, A. (1991), Orbe Indiano. De la monarquía católica a la república criolla, F.C.E.

 CLENDINNEN, Inga (1993), “’Fierce and Unnatural Cruelty’: Cortés and the Conquest of Mexico”, en: Greenbalt Stephen (comp.); New World Encounters, University of California Press.

 ELLIOT, J, H., (1990), “La conquista española y las colonias de América”, en: Leslie Bethell (ed.), Historia de América Latina, tomo 1, Cambridge University Press-Editorial Crítica.

 TODOROV, T. (1992), La conquista de América. El problema del otro, SigloXXI.

 

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